Al doblar cualquier esquina de Praga te encuentras un escenario romántico
o vibrante y es eso lo que la hace tan atrayente de día como de noche. Aburrirse en una ciudad como Praga debería ser delito, pues la oferta cultural, el ambiente y la particular idiosincrasia de sus ciudadanos, dejan poco resquicio para excusar dicho estado de ánimo.

El centro de la ciudad reúne novecientos años de arquitectura y los estilos románico, gótico, renacentista, barroco, sus adaptaciones decimonónicas y el Art Nouveau.

Lo mejor de todo es que se puede recorrer a pie, por lo que un paseo por Praga permitirá descubrir sus más famosos atractivos, durante el día o la noche.

La Rep. Checa es un punto de atracción de turismo de primer orden aunque casi todos los visitantes se centran en un solo punto de interés: Praga. Eso hace que la ciudad se haya convertido en un hervidero de turistas, con el consiguiente efecto sobre los precios y la masificación.

La ciudad mantiene su atractivo intacto tras las guerras y los conflictos del siglo XX. Su núcleo histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1992, está formado por Hradcany (el distrito del Castillo) y Malá Strana, ambos al oeste del río, Staré Mesto (la Ciudad Vieja) y Vácklavské námestí (la plaza Wenceslao) en el este; el puente Carlos, hipermercado de arte callejero y gentes de vida bohemia, separa Malá Strana de Staré Mesto.

Nové Mesto (la Ciudad Nueva, pero no tan "nueva"), con sus tiendas, cafeterías, museos y teatros, merecen varios paseos durante las horas centrales del día.

La oferta cultural y lúdica constituye una de las más importantes de la ciudad con un extenso programa de música clásica, jazz, rock, ópera, ballet, teatro de vanguardia y sus excelentes museos y galerías de arte.

El único inconveniente, resultado de su popularidad como destino turístico, se manifiesta en la verdadera invasión de forasteros que recibe durante todo el año.

El alojamiento resulta mucho más asequible en Nové Mesto y Smíchov. El distrito central se encuentra repleto de restaurantes, pero son mucho más económicos los establecimientos de Nové Mesto que los de Staré Mesto.

Datos generales:

Nombre oficial: República Checa
Superficie: 78.800 km²
Población: 10.300.000 hab.
Capital: Praga
Nacionalidades y etnias: 81% checos, 13,5% moravos, 3% eslovacos,
2'5% otros
Idioma: checo
Régimen político: República Parlamentaria
Visados: los ciudadanos de todos los países europeos occidentales pueden visitar la República Checa sin necesidad de visado durante 90 días como máximo.
Hora local: GMT más una hora
Condiciones sanitarias: normales.
Electricidad: 220 V, 50 Hz
Pesos y medidas: sistema métrico
Moneda: Corona checa

Clima y cuándo ir

Mayo, junio y septiembre constituyen los meses más agradables para visitar este país, por su clima suave y por la no masificación de los turistas.

Abril y octubre son una alternativa de tiempo algo más incierto pero más económicas y menos masificadas.

Julio y agosto, es mala época para el viajero individual pues los hoteles y las zonas turísticas están atestadas de turistas extranjeros y nacionales, especialmente en la.

Por fortuna, la oferta de alojamientos se incrementa cada año.

Centros como Praga y los complejos de montaña acogen a los visitantes a lo largo de todo el año; fuera de estos destinos muchos de los castillos, museos y sitios de interés, así como algunos hoteles, permanecen cerrados en temporada baja.

Presupuestos y precios:

Restaurantes

Presupuesto bajo: 2-5 Euros
Presupuesto medio: 5-10 Euros
Presupuesto alto: más de 10 Euros

Alojamiento en Praga

Presupuesto bajo: 10-12 Euros
Presupuesto medio: 12-70 Euros
Presupuesto alto: más de 70 Euros

Los precios son elevados en los centros turísticos más importantes y especialmente Praga y los balnearios de la zona de Bohemia, aunque no exagerados.

Los precios suelen ser asequibles, pero la gran excepción la constituye el alojamiento en Praga, cuyo coste se puede equipar a la media del resto de Europa Occidental. Si se viaja en temporada baja muchos hoteles de categoría media y baja reducen sus tarifas a la mitad.

Los hoteles del resto del país descienden de precio de forma lineal con forme nos alejamos de la capital y de la frontera austro-alemana.

Cambiar cheques de viaje es sencillo: los eurocheques puede canjearse, incluso sin comisión en las oficinas de Komercní Banka.

En la mayoría de los enclaves turísticos, hoteles y restaurantes de lujo aceptan tarjetas de crédito; habitualmente Visa, MasterCard o American Express. La mayor parte de las agencias de viaje y algunos establecimientos turísticos de Praga también las aceptan, pero la mayoría de los comercios prefieren las coronas checas.

También se suelen aceptar el pago en efectivo en Euros. Los dólares estadounidenses están "peor vistos".

Se desaconseja el cambio en el mercado negro, ya que la tasa habitual suele ser similar a la que ofrecen las entidades bancarias y, además, abundan los timadores con billetes falsos o fuera de circulación.

Es habitual dar propina al personal de entre un 5 y un 10 por ciento de la cuenta en los restaurantes turísticos.

El regateo es aceptado en muchos comercios destinados al turismo y algunos hoteles, aunque no en restaurantes o bares.