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Oficinas-Turismo Fecha: Domingo, 31 Enero, 2016 ⭐ Puntos 5 (2 votos)
La Semana Santa es una época especial en Centroamérica. Si bien la tradición católica puede parecer la dominante en esta época, lo cierto es que las diferentes culturas de la región han conseguido mantener sus tradiciones como forma de preservar su identidad, lo que llena de magia y colorido a la denominada “Semana Mayor”. Desde la presencia de iconografía maya hasta la fe en árboles milenarios y mágicos, pasando por procesiones acuáticas y multitudinarias carreras ciclistas, sin dejar de detenernos en los deliciosos manjares de la zona, la Semana Santa en Centroamérica coincide con una época de clima excepcional y numerosos detalles que enriquecen la experiencia de cualquiera que se acerque a visitar la zona.
Vive la magia de la Semana Santa en Centroamérica
La elaboración de las alfombras de colores para las procesiones es una de las tradiciones más populares de la región. Comúnmente hechas con serrín o sal, estos materiales se tiñen para crear formas y dibujos con gamas espectaculares. También se pueden usar materiales como piedras, flores o papeles. Es una tarea minuciosa y que se realiza, o bien el día anterior, o el mismo día por la mañana (el tiempo requerido para su elaboración depende de la cantidad de gente que colabore en ello y del tamaño de la misma). Una vez las alfombras se han contemplado, están listas para que pase la procesión y aquellos que les acompañan.
Antigua, en
Guatemala, es probablemente el lugar más emblemático de la zona, y su Semana Santa es conocida en todo el mundo. Contiene procesiones no sólo bellas y espectaculares sino también multitudinarias, entre las que destacan las de Jesús Nazareno de Santa Catalina de Bobadilla o la de Nuestra Señora de la Merced. Las populares celebraciones comienzan el domingo de Ramos y finalizan el domingo de Pascua, y las procesiones más grandes pueden tardar horas en cruzar el centro de la ciudad. Suelen ir acompañadas de marchas fúnebres, el segundo tipo de música más famosa del país después de la marimba.
A pesar de sus semejanzas con las celebraciones españolas, el fervor católico guatemalteco destila tintes mágicos debidos a la combinación entre el catolicismo y la religión maya, cuyos elementos también están presentes esa semana y que se ven en detalles como la presencia de mariposas (símbolos del Sol, una de las máximas deidades mayas) en las alfombras decorativas.
Aunque
El Salvador tiene una gran tradición católica, el mestizaje entre esta religión y las antiguas creencias indígenas sigue vigente en muchas festividades. El complejo de las celebraciones de Semana Santa en las ciudades de Chalchuapa, Sonsonate e Izalco ha sido declarado Patrimonio Cultural Intangible. Paradójicamente, en éstos dos últimos, a pesar de los esfuerzos de los colonizadores, los nativos encontraron formas de continuar con sus ritos ancestrales, característica que sigue presente en su forma de vivir la religión. Por eso durante las procesiones se ven indígenas chamanes y por eso las hermandades también mantienen parte de esta herencia conservando los atuendos autóctonos en sus celebraciones. En el municipio de Texistepeque, los Talcigüines, o demonios, van en busca de Jesús en lunes santo y en su recorrido dan de azotes a todos los que se cruzan en su camino para que sientan lo mismo que Jesucristo durante las tentaciones. Dicen que es una forma de expiar los pecados. Una lucha entre el bien y el mal, en donde el primero siempre triunfa.
En
Honduras, los principales desfiles tienen lugar en Tegucigalpa. El blanco se impone durante el Jueves Santo y el viernes está protagonizado por la procesión del Santo Entierro, que suele recorrer las calles principales de las ciudades. El domingo, día de júbilo para los creyentes, se dramatizan las Carreritas de San Juan para celebrar la resurrección de Jesucristo. Los visitantes de Tegucigalpa disfrutarán de una ciudad más tranquila de lo habitual, debido a que los ciudadanos de la zona están de vacaciones en la playa. También son populares las celebraciones en Comayagua, cuya ciudad ha sido restaurada por la propia comunidad y es hoy en día una joya colonial en Honduras.
En
Nicaragua tiene lugar un vía crucis acuático, que discurre por el Gran Lago de Nicaragua. Los botes realizan un recorrido que dura entre tres y cuatro horas por Granada, más de 360 islotes que fueron creados hace miles de años por el volcán Mombacho y en los que se han construido viviendas y casas vacacionales. Las familias, que conducen las lanchas llenas frutas, flores, pescados y otros adornos, van deteniéndose en algunos de los puertos, donde sus habitantes esperan a los devotos con altares repletos de flores que vuelcan en la lancha principal, donde viaja la imagen de Jesús. En Nicaragua tenemos también las famosas alfombras de serrín de la comunidad indígena de Sutiava en León, así como las famosas procesiones de la ciudad de León.
En
Panamá, el legendario árbol de Granadillo, localizado al sur del río de Jesús, es uno de los lugares más populares durante esta semana. Se cree que el árbol, que sólo florece en viernes Santo, tiene poderes curativos e incluso milagrosos. Muchas personas peregrinan o conducen hasta el llamado “palo santo” para recoger sus flores púrpuras y hacer con ellas té y ungüentos. Las flores también son utilizadas en el país para decorar alfombras a lo largo de las rutas procesionales.
En cuanto a Belice, ya se ha convertido en una tradición la clásica carrera ciclista cross country del Sábado Santo. Miles de espectadores se apostan en el recorrido para animar a los participantes de un trayecto de más de 230 kilómetros de ida y vuelta entre Belice City y San Ignacio, una celebración deportiva que este año cumple 88 años.
En
Costa Rica, debido a las condiciones climatológicas, es una temporada idónea para ir a la playa y disfrutar, mientras se pueden seguir celebrando las costumbres religiosas y las comidas tradicionales de la época: empanaditas de chiverre (una fruta parecida a la calabaza), miel de coco, arroz con leche o sopa de bacalao.
Y es que la gastronomía de la temporada juega un papel muy importante en la Semana Santa centroamericana. Debido a la prohibición católica de comer carne, el pescado y el marisco se convierten en protagonistas de la mesa, con elaboraciones como la sopa de tortas de pescado, al igual que los dulces, en donde destacan los frejoles con dulce, una mezcla de frejoles rojos, azúcar, leche de coco, camote, especias y galletas, y las torrejas, herencia de las torrijas españolas, y que pueden ser de tres tipos: pan, arroz o pinol (maíz tostado y molido). Los curvasa que es un almíbar elaborado con mangos dulces – fruta de la época – grosellas, papayas verdes, tamarindo, marañones con dulce de panela, clavos de olor y canela.
¿A qué espera para vivir una Semana Santa diferente?
INFORMACIÓN FACILITADA POR TUTISMO CENTROAMÉRICA:
www.visitcentroamerica.com
Fecha: 31/Ene/2016 22:39:14
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