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Oficinas-Turismo Fecha: Domingo, 25 Diciembre, 2022 ⭐ Puntos 4 (2 votos)
Chequia se viste de gala en invierno dispuesta a impresionar con propuestas originales no sólo dirigidas a los amantes del esquí sino también a quienes gozan con la belleza de los paisajes blancos. Te contamos las más divertidas.
Chequia se viste de blanco,
experiencias originales en la nieve
Las propuestas invernales de la República Checa van más allá de sus ciudades históricas porque basta alejarse un poco de los entornos urbanos para que la naturaleza reclame su legítima posición. Cuando las temperaturas descienden a toda velocidad y caen los primeros copos de nieve, los entornos montañosos cobran protagonismo y las estaciones de esquí empiezan a recibir a los amantes de los deportes blancos.
La oferta de diversión invernal, que se extiende habitualmente de noviembre a marzo, abarca todos los puntos cardinales del país, aunque cada uno de ellos por un motivo diferente. En el Norte, las altas Montañas Gigantes (Krkonoše) son las reinas del esquí, acogen cada año la Copa del Mundo de Slalom Gigante y están conectadas con la ciudad-balneario de Janské Lázně; al Suroeste, en el Parque Nacional de Šumava (Národní park Šumava), impresionan sus pistas de esquí de fondo; al Oeste, el privilegio de esquiar se combina con el relax del triángulo balneario; y al Este, la naturaleza y la cultura son igual de sorprendentes. Pero además de recorrer la geografía montañosa, también hay una serie de actividades que los viajeros no pueden perderse:
1. La pista de patinaje más larga del mundo
La nieve se puede disfrutar de modos muy diversos, también al endurecerse cuando se crean, como por arte de magia, preciosas pistas naturales de patinaje. Entre diciembre y marzo se origina en la
presa de Lipno la mayor pista de patinaje del mundo que tiene una extensión de 38 kilómetros y una anchura de seis a ocho metros. Los fines de semana acuden a este lugar miles de personas deseosas de admirar la belleza del paisaje invernal del entorno de
Český Krumlov. Recorrer esta pista no tiene coste alguno y los patines se pueden alquilar en Lipno. Para que el camino no se haga pesado, existen varios bares de hielo en el itinerario. Sin dejar el Parque Nacional Šumava es muy recomendable subir al mirador del “Sendero sobre la copa de los árboles” de Lipno nad Vltavou. A 40 metros de altura las vistas son inolvidables.
Pero esta no es la única pista de patinaje de la República Checa sino que se puede gozar igualmente de bellas panorámicas nevadas desde el lago helado de la presa de Orlík. Uno de los mejores puntos para deslizarse es en los alrededores del castillo gótico de
Zvíkov, en la confluencia de los ríos Moldava y Otava. Esta es idónea para los que buscan algo auténtico, ya que sus condiciones sólo las regula la propia naturaleza.
Quienes se queden en Praga no tienen por qué renunciar a esta actividad ya que hay pistas en la parte baja de Vyšehrad, en la presa de Hostivař y en Šeberák.
2. Gran desafío de trineos tirados por perros
La sierra de Orlické hory, en Bohemia Oriental, acogerá del 24 al 28 de enero de 2023 “El Long de Šediváček”, una de las carreras de trineos tirados por perros más duras y extensas de Europa. Tiene lugar a 7.500 metros de altitud y recibe este nombre en recuerdo a uno de los perros, un husky siberiano, que iba a participar pero que un cazador mató por accidente.
El itinerario, que comienza y termina en Jedlová, en la población de Deštná, atraviesa los paisajes más salvajes y hermosos de estas montañas. En esta 26ª edición competirán unos 700 perros de diversas razas y 100 mushers de la República Checa, Alemania, Austria, Suiza, Francia, Italia, Países Bajos, Croacia, Hungría y Polonia. Los deportistas pueden elegir entre una ruta de 200 kilómetros dividida en cuatro etapas o una de 300 kilómetros en cinco. Entre las condiciones de la carrera está pasar uno o dos vivacs en la nieve. Aquellos que se animen a acudir presencialmente podrán conocer a una leyenda de la carrera, Roman Novotný, que ha participado en todas las ediciones desde su inicio. La prueba, además, se puede seguir en vivo o a través de la web de los organizadores ya que los corredores serán monitorizados.
3. Esquí de fondo para admirar la naturaleza
El número de amantes de los deportes blancos que se animan a la modalidad de esquí de fondo es cada día mayor. Una disciplina que antaño se consideraba de segunda es ahora elegida con orgullo por aquellos que prefieren un disfrute más pausado del paisaje y una interacción tranquila con el medio natural. La República Checa es un destino idóneo para estos viajeros que encontrarán en los Montes de Jizera (Jizerské hory) más de 200 kilómetros de rutas de esquí de fondo. En esta zona, una de las ciudades que hay que llevar en el radar es la población de
Jizerka donde hay hoteles, restaurantes y un ambiente muy animado. Pero este no es el único lugar sino que el país dispone de miles de kilómetros perfectos para esta modalidad.
4. Snowboard en otro planeta
Tanto para los que practican esquí como los que prefieren el
snowboard, las pistas de Ještěd son un lugar privilegiado para deslizarse en un entorno único, bajo la atenta mirada de la impactante
antena de telecomunicaciones-hotel Ještěd (con sólo 22 habitaciones) que traslada de inmediato a otro planeta. La estación dispone de 10,5 kilómetros de pistas y un entorno idóneo para gozar de un intenso apresquí. Además del hotel mencionado, a sólo tres kilómetros es posible alojarse en la ciudad de Liberec que también cuenta con un buen número de restaurantes. El entorno, inmerso en pleno
Valle del Cristal, invita a recorrer sus factorías de vidrio soplado, museos y pequeños establecimientos relacionados con la elaboración de frágiles piezas de cristal. Este es un destino poco masificado que conserva su carácter más auténtico.
5. De la pista al balneario en Mariánské Lázně
Las posibilidades para esquiar en Chequia son tan amplias que quienes deseen combinar la adrenalina que genera este deporte con las endorfinas que regalan los tratamientos balnearios, lo pueden hacer. El complejo de esquí Mariánky se sitúa al noreste de la ciudad balnearia de Mariánské Lázně, un destino donde el
glamour que emana de su arquitectura se traslada también a sus establecimientos termales. Una de las grandes ventajas de este complejo es que se adecúa tanto a los principiantes como a los deportistas más experimentados.
Desde el campo de golf local se puede iniciar una ruta de esquí de fondo y los que prefieran la opción de esquí alpino sólo precisan subir en el teleférico para llegar a Krakonoška. Las familias también encuentran aquí instalaciones y propuestas para niños, remontes infantiles, parque con alfombra móvil, guardería y escuela de esquí. Durante la época navideña se organizan eventos especiales en el Skibar, esquí nocturno y descensos especiales en Nochevieja.
Y una vez que se baja de las pistas, los balnearios ofrecen estancias y terapias adecuadas a las necesidades de cada huésped. Las fuentes termales, además, están en entornos públicos y se puede beber agua curativa de forma gratuita.
6. Arquitectura de madera en Beskydy
La pasión por la montaña en invierno regala experiencias en todos los rincones de Chequia, también en las montañas Beskydy. Este reino glaciar situado al noreste de Moravia abruma con sus colinas blancas y onduladas salpicadas de pueblecitos y tradiciones que parecen esperar a ser descubiertos por viajeros curiosos. Los incentivos para acudir hasta este lugar en la frontera con Eslovenia son muchos pero entre ellos destaca el poder admirar su bonita arquitectura de madera. En la cima de Pustevny, adonde se puede llegar en telesilla, se sitúan casas de estilo modernista proyectadas por el arquitecto Dušan Jurkovič y que hoy día funcionan como alojamiento o restauración. Toda esta zona es también perfecta para degustar delicias locales como los frgál, las orejas de Štramberk e incluso el famoso licor de ciruelas Slivovice.
Información facilitada por Turismo República Checa:
www.visitczechrepublic.com
Fecha: 25/Dic/2022 21:11:31
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