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Oficinas-Turismo Fecha: Domingo, 07 Enero, 2024 ⭐ Puntos 5 (2 votos)
Repartidas por todo el territorio, las estaciones de esquí de Chequia invitan a disfrutar del paisaje invernal y de los placeres que se encuentran fuera de pista. Pueblecitos con encanto, balnearios, talleres de cristal de Bohemia, factorías cerveceras y una rica gastronomía, tentaciones más que apetecibles cuando el termómetro baja de cero grados.
Dónde disfrutar del esquí y de otros placeres en la
República Checa
Aunque la historia y la cultura de la República Checa son grandes incentivos a la hora de viajar a este país centroeuropeo, su abrumadora naturaleza también merece nuestra atención durante la estación más fría del año. Con una geografía marcada por sistemas montañosos, valles, bosques, lagos y geoparques, cada invierno regala imágenes idílicas que tienen el color blanco como protagonista. En sus cuatro puntos cardinales se esparcen pistas de esquí y diversos rincones donde practicar deportes en contacto con la nieve. Pero el lujo no sólo reside en visitar estos espacios poco masificados donde los usuarios son mayoritariamente nacionales, sino en la posibilidad de alojarse en hoteles de ensueño, relajarse en balnearios y recorrer pueblos encantadores donde la vida transcurre de forma sosegada, ajenos a las prisas urbanas. Sin duda, el après ski más exclusivo se encuentra en Chequia.
Montañas de Krkonoše
El recorrido por la República Checa más blanca debe comenzar en la sierra de Krkonoše, donde se sitúan los picos más altos del país –como el
Sněžka, con 1.603 metros sobre el nivel del mar– y un buen número de estaciones de esquí. Declarado Parque Nacional y Reserva de la Biosfera por la Unesco, es el espacio más frecuentado en invierno para la práctica del deporte blanco ya que permite disfrutar tanto del esquí alpino como del de fondo. Los descensos prolongados, las vistas panorámicas y unos servicios de lujo son su principal carta de presentación. Entre los centros de esquí más reconocidos están
Špindlerův Mlýn (el Aspen de la República Checa),
Pec pod Sněžkou, Harrachov y
Rokytnice nad Jizerou. Desde estos lugares, además, se accede fácilmente a las pistas de esquí de fondo de
Krkonošská magistrála, que ofrece decenas de kilómetros de paisajes espectaculares y el acceso al espectacular
Salto de Agua de Mumlava.
Todos estos lugares disponen de una buena oferta hotelera en su entorno y propuestas de aprés ski con un inconfundible sello checo. Después de una agotadora jornada deportiva no hay nada más reconfortante que un baño de cerveza en un
spa de Harrachov, un trago de la cerveza local Paroháč, sumergirse en una bañera con esencia de mandarinas en el hotel Wellness Praha o un rato de risas en el parque acuático de Špindlerův Mlýn. Y para descansar en un lugar de récord, el hotel
Luční Bouda, que es el alojamiento situado a mayor altitud de Europa Central, a 1.410 metros sobre el nivel del mar.
Montañas de Beskydy
Los amantes de los paisajes infinitos y del deporte más contemplativo encontrarán en el entorno de las
montañas de Beskydy su propio edén. Allí podrán elegir, principalmente, entre dos propuestas de
esquí de fondo, ambas perfectamente acondicionadas y señalizadas. La primera,
Hostýnská magistrála, serpentea por las montañas de Hostýn durante más de 19 kilómetros, dando opción, además, a incorporarse a otras siete alternativas. Una visita fuera de ruta que merece mucho la pena es visitar el pintoresco pueblo de
Štramberk para saborear sus especiadas y crujientes orejas. La visita gastronómica puede seguir en Kozlovice para degustar la trucha a la molinera del restaurante Na Mlýně o los saludables productos elaborados con trigo sarraceno de la localidad de Frenštát pod Radhoštěm.
Por su parte, las pistas de esquí de fondo de
Beskydská magistrála discurren por algunos de los rincones más bonitos de este espacio protegido además de ofrecer nueve opciones de distintas extensiones y niveles de dificultad. Una de las más románticas es la que lleva en telesilla, aquí se instaló en 1940 el primero del mundo, hasta las
colinas de Pustevny donde se han conservado coloridas viviendas de madera construidas por Dušan Jurkovič y Michal Urbánek. Jurkovič eligió como modelo una casa de campo de los Cárpatos combinándola con los detalles de la arquitectura popular de la Valaquia morava y eslovaca. Han sido cuidadosamente reformadas y resultan un atractivo más de la zona. Algunas de ellas funcionan como centro de información, hotel y restaurante por lo que se puede vivir la experiencia de pernoctar en este increíble lugar, además de degustar una sabrosa comida regional.
Si se precisa una dosis un extra de relajación, también es posible gozar del placer de un baño de cerveza en el
hotel Bahenec de Písek, cerca de Jablůnkov, o en la localidad de
Rožnov pod Radhoštěm, donde también hay establecimientos que realizan envolturas de cerveza y tratamientos de aromaterapia.
Parque Nacional de Šumava
Quienes hayan visitado el Parque Nacional de Šumava en otras estaciones del año les costará reconocer esta nueva imagen en la que el tono ocre de las turberas, el azul de los lagos o el verde de los bosques ha desaparecido bajo el velo de las brumas o una densa capa de nieve. Aquella energía de la primavera y el estío se ha transformado en una invitación a la calma.
Basta ponerse los esquís de fondo y elegir entre los kilómetros de pistas perfectamente acondicionadas de los alrededores de Zadov, Modrava, Kvilda o Churáňov para gozar en silencio de sus paisajes infinitos. Los que practiquen la modalidad alpina o el snowboarding también encontrarán aquí su particular patio de recreo en las estaciones de Špičák, Železná Ruda, Zadov, Nové Hutě. Además, a orillas de Lipno, el mayor embalse checo, también es posible darse el gusto de deslizarse por la pista de patinaje más larga del mundo.
En Šumava, el esquí se convierte en una experiencia aún más especial al combinarse con
excursiones como la visita al nacimiento del río Moldava, o momentos de relajación en el hotel Frymburk, junto a Lipno, que ofrece renovadores masajes con chocolate. El deleite gourmet llega desde los restaurantes de la zona con especialidades como el pato asado con albóndigas del hotel Nové Údolí de Stožec, las empanadas de col agridulce al horno (zelníky) del hotel Srní o la crema de setas (kulajda) del hotel Vydra de Srní. Para los amantes de los postres, las crepes de arándanos (trhance) en el hotel Šumava Inn de Kvilda son imperdibles.
Y, por supuesto, no podemos olvidar la cerveza. La lager semioscura de la cervecería
Šumavský pivovar de Vimperk es una auténtica maravilla que completa a la perfección esta experiencia.
Montañas de Jeseníky
Las montañas Jeseníky, al este del país, continúan siendo un imán para los apasionados del esquí en busca de emociones y valles cubiertos de nieve. Para experimentar la adrenalina del esquí alpino, basta con dirigirse al dominio de
Ramzová, el centro de esquí más grande de Moravia, que ofrece pistas impecablemente acondicionadas, telesillas modernos y diversas opciones de alojamiento en sus alrededores.
Para quienes viajan en familia,
Dolní Morava se presenta como su paraíso soñado. Además de la oportunidad de practicar esquí alpino en las
montañas Králický Sněžník, esta región ofrece pistas diseñadas especialmente para niños, así como opciones para trineos y
snowtubing. No podemos dejar de recomendar la
estación de Kouty nad Desnou, que se distingue por su excelente equipamiento y cuenta con el primer telesilla de seis asientos de la República Checa. Los aficionados al esquí de fondo disfrutarán enormemente de las
pistas de Jeseníky, minuciosamente señalizadas, que atraviesan áreas llanas y ascienden hacia las crestas de las montañas, alcanzando las altitudes más elevadas de este sistema montañoso. Este recorrido regala vistas panorámicas extraordinarias.
Y fuera de pista, cuando las temperaturas descienden por debajo de los diez grados bajo cero, lo más reconfortante es aprovechar la variada oferta de los balnearios cercanos. ¿Por qué no relajarse y recuperarse de la actividad física en el encantador
balneario Karlova Studánka? O experimentar un tratamiento de hidroterapia en el
balneario Priessnitz de Jeseník, que incluso cuenta con un balneoparque exterior concebido como un jardín acuático con baños de acupresión para pies, zonas de relax, etc. Y, por supuesto, sumergirse en la piscina termal del balneario de Velké Losiny, que con sus 450 años de historia es el más antiguo de Moravia. Hospedarse en esta pintoresca localidad balnearia, rodeada de montañas, es la guinda en un viaje dedicado al esquí.
Montañas Jizerské hory
Paisajes ondulados, pistas de esquí de fondo a un paso de encantadores pueblos, fábricas de cristal y antiguas factorías de cerveza: todo esto es lo que ofrecen las Montañas Jizerské hory a los apasionados de los deportes blancos. En conjunto, sus propuestas convencen a los admiradores de los paisajes invernales, ya que aquí encuentran más de 160 kilómetros de sendas de esquí de fondo en la llamada
Jizerská magistrála. Con ocho puntos de salida, es posible iniciar la travesía desde lugares cercanos a los principales hoteles y albergues. Para los viajeros más competitivos, incluso existe la posibilidad de medir fuerzas con otros esquiadores en la carrera de esquí de fondo
“Los 50 kilómetros de Jizerská”.
Quienes busquen una dosis extra de emoción con el esquí alpino, descubrirán 12 pistas de distintos niveles (9 kilómetros) en la estación de Ještěd. También encontrarán un moderno parque de nieve, ideal para los amantes del
snowboard que deseen poner a prueba sus habilidades con diversos obstáculos. Este lugar es perfecto para un viaje en familia, ya que cuenta con una academia para aprender a esquiar y un parque infantil. Dominando este espacio esquiable, la
torre de comunicaciones-hotel Ještěd no pasa desapercibida. Esta maravilla arquitectónica, a sólo 3 kilómetros de Liberec, alberga un original hotel y un restaurante con vistas impresionantes. Dado que cuenta con un número limitado de habitaciones, se recomienda reservar con suficiente antelación.
Los planes fuera de pista aquí están marcados por la proximidad al
Valle del Cristal y las decenas de pequeñas factorías donde elaboran cristal repartidas por el entorno. Esta tradición artesanal milenaria ha sido reconocida recientemente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Visitar la ciudad de Liberec, recorrer los pintorescos pueblecitos de la región, como Poniklá (donde es Navidad todo el año), observar a los artesanos del vidrio en talleres como los de Jiří Pačinek, Ajeto o Novosad a Syn, y degustar las contundentes sopas locales son suficiente incentivo para disfrutar de la temporada de esquí en el norte de Bohemia.
Y para descansar de tantas propuestas: un spa de cerveza o las relajantes terapias del centro Babylon de Liberec, que incluso cuenta con un parque acuático oriental.
Ya sea en las pistas de esquí o deleitándose con la amplia oferta de après-ski, la República Checa es un destino que también invita a disfrutar en los meses invernales.
Información facilitada por Turismo República Checa:
www.visitczechrepublic.com
Fecha: 07/Ene/2024 09:51:01
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Tema: Esquí en República Checa |
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Últimos 3 Mensajes de 3
1272 Lecturas
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Autor | Mensaje |
Anónimo
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Fecha: Vie Jul 29, 2022 07:53 am
Título: Esquí en República Checa
En las montañas checas encontrarás tanto pistas de esquí para esquiadores con experiencia como cuestas de entrenamiento, donde los niños se sentirán bien y cómodamente. Las estaciones de esquí ofrecen cada año varias novedades, desde pistas para trineos y snowtubing hasta nuevos teleféricos, en el marco de los nuevos snowparks o parques de nieve. Entre los más populares en Chequia se encuentran las estaciones de esquí de las montañas Krkonoše Skiresort Černá hora y Skiareál Špindlerův Mlýn. Con los niños disfrutarás del excelente esquí en la estación de esquí Skiareál... Leer más ...
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ANGEMI
Moderador de Zona
09-08-2009 Mensajes: 31635
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Fecha: Mar Dic 20, 2022 04:20 pm
Título: Esquí en República Checa
Chequia se viste de blanco,
Experiencias originales en la nieve
Chequia se viste de gala en invierno dispuesta a impresionar con propuestas originales no sólo dirigidas a los amantes del esquí sino también a quienes gozan con la belleza de los paisajes blancos. Te contamos las más divertidas.
Las propuestas invernales de la República Checa van más allá de sus ciudades históricas porque basta alejarse un poco de los entornos urbanos para que la naturaleza reclame su legítima posición. Cuando las temperaturas descienden a toda velocidad y caen los primeros copos de nieve, los entornos montañosos cobran protagonismo y las estaciones de esquí empiezan a recibir a los amantes de los deportes blancos.
La oferta de diversión invernal, que se extiende habitualmente de noviembre a marzo, abarca todos los puntos cardinales del país, aunque cada uno de ellos por un motivo diferente. En el Norte, las altas Montañas Gigantes (Krkonoše) son las reinas del esquí, acogen cada año la Copa del Mundo de Slalom Gigante y están conectadas con la ciudad-balneario de Janské Lázně; al Suroeste, en el Parque Nacional de Šumava (Národní park Šumava), impresionan sus pistas de esquí de fondo; al Oeste, el privilegio de esquiar se combina con el relax del triángulo balneario; y al Este, la naturaleza y la cultura son igual de sorprendentes. Pero además de recorrer la geografía montañosa, también hay una serie de actividades que los viajeros no pueden perderse:
1. La pista de patinaje más larga del mundo
La nieve se puede disfrutar de modos muy diversos, también al endurecerse cuando se crean, como por arte de magia, preciosas pistas naturales de patinaje. Entre diciembre y marzo se origina en la presa de Lipno la mayor pista de patinaje del mundo que tiene una extensión de 38 kilómetros y una anchura de seis a ocho metros. Los fines de semana acuden a este lugar miles de personas deseosas de admirar la belleza del paisaje invernal del entorno de Český Krumlov. Recorrer esta pista no tiene coste alguno y los patines se pueden alquilar en Lipno. Para que el camino no se haga pesado, existen varios bares de hielo en el itinerario. Sin dejar el Parque Nacional Šumava es muy recomendable subir al mirador del “Sendero sobre la copa de los árboles” de Lipno nad Vltavou. A 40 metros de altura las vistas son inolvidables.
Pero esta no es la única pista de patinaje de la República Checa sino que se puede gozar igualmente de bellas panorámicas nevadas desde el lago helado de la presa de Orlík. Uno de los mejores puntos para deslizarse es en los alrededores del castillo gótico de Zvíkov, en la confluencia de los ríos Moldava y Otava. Esta es idónea para los que buscan algo auténtico, ya que sus condiciones sólo las regula la propia naturaleza.
Quienes se queden en Praga no tienen por qué renunciar a esta actividad ya que hay pistas en la parte baja de Vyšehrad, en la presa de Hostivař y en Šeberák.
2. Gran desafío de trineos tirados por perros
La sierra de Orlické hory, en Bohemia Oriental, acogerá del 24 al 28 de enero de 2023 “El Long de Šediváček”, una de las carreras de trineos tirados por perros más duras y extensas de Europa. Tiene lugar a 7.500 metros de altitud y recibe este nombre en recuerdo a uno de los perros, un husky siberiano, que iba a participar pero que un cazador mató por accidente.
El itinerario, que comienza y termina en Jedlová, en la población de Deštná, atraviesa los paisajes más salvajes y hermosos de estas montañas. En esta 26ª edición competirán unos 700 perros de diversas razas y 100 mushers de la República Checa, Alemania, Austria, Suiza, Francia, Italia, Países Bajos, Croacia, Hungría y Polonia. Los deportistas pueden elegir entre una ruta de 200 kilómetros dividida en cuatro etapas o una de 300 kilómetros en cinco. Entre las condiciones de la carrera está pasar uno o dos vivacs en la nieve. Aquellos que se animen a acudir presencialmente podrán conocer a una leyenda de la carrera, Roman Novotný, que ha participado en todas las ediciones desde su inicio. La prueba, además, se puede seguir en vivo o a través de la web de los organizadores ya que los corredores serán monitorizados.
3. Esquí de fondo para admirar la naturaleza
El número de amantes de los deportes blancos que se animan a la modalidad de esquí de fondo es cada día mayor. Una disciplina que antaño se consideraba de segunda es ahora elegida con orgullo por aquellos que prefieren un disfrute más pausado del paisaje y una interacción tranquila con el medio natural. La República Checa es un destino idóneo para estos viajeros que encontrarán en los Montes de Jizera (Jizerské hory) más de 200 kilómetros de rutas de esquí de fondo. En esta zona, una de las ciudades que hay que llevar en el radar es la población de Jizerka donde hay hoteles, restaurantes y un ambiente muy animado. Pero este no es el único lugar sino que el país dispone de miles de kilómetros perfectos para esta modalidad.
4. Snowboard en otro planeta
Tanto para los que practican esquí como los que prefieren el snowboard, las pistas de Ještěd son un lugar privilegiado para deslizarse en un entorno único, bajo la atenta mirada de la impactante antena de telecomunicaciones-hotel Ještěd (con sólo 22 habitaciones) que traslada de inmediato a otro planeta. La estación dispone de 10,5 kilómetros de pistas y un entorno idóneo para gozar de un intenso apresquí. Además del hotel mencionado, a sólo tres kilómetros es posible alojarse en la ciudad de Liberec que también cuenta con un buen número de restaurantes. El entorno, inmerso en pleno Valle del Cristal, invita a recorrer sus factorías de vidrio soplado, museos y pequeños establecimientos relacionados con la elaboración de frágiles piezas de cristal. Este es un destino poco masificado que conserva su carácter más auténtico.
5. De la pista al balneario en Mariánské Lázně
Las posibilidades para esquiar en Chequia son tan amplias que quienes deseen combinar la adrenalina que genera este deporte con las endorfinas que regalan los tratamientos balnearios, lo pueden hacer. El complejo de esquí Mariánky se sitúa al noreste de la ciudad balnearia de Mariánské Lázně, un destino donde el glamour que emana de su arquitectura se traslada también a sus establecimientos termales. Una de las grandes ventajas de este complejo es que se adecúa tanto a los principiantes como a los deportistas más experimentados.
Desde el campo de golf local se puede iniciar una ruta de esquí de fondo y los que prefieran la opción de esquí alpino sólo precisan subir en el teleférico para llegar a Krakonoška. Las familias también encuentran aquí instalaciones y propuestas para niños, remontes infantiles, parque con alfombra móvil, guardería y escuela de esquí. Durante la época navideña se organizan eventos especiales en el Skibar, esquí nocturno y descensos especiales en Nochevieja.
Y una vez que se baja de las pistas, los balnearios ofrecen estancias y terapias adecuadas a las necesidades de cada huésped. Las fuentes termales, además, están en entornos públicos y se puede beber agua curativa de forma gratuita.
6. Arquitectura de madera en Beskydy
La pasión por la montaña en invierno regala experiencias en todos los rincones de Chequia, también en las montañas Beskydy. Este reino glaciar situado al noreste de Moravia abruma con sus colinas blancas y onduladas salpicadas de pueblecitos y tradiciones que parecen esperar a ser descubiertos por viajeros curiosos. Los incentivos para acudir hasta este lugar en la frontera con Eslovenia son muchos pero entre ellos destaca el poder admirar su bonita arquitectura de madera. En la cima de Pustevny, adonde se puede llegar en telesilla, se sitúan casas de estilo modernista proyectadas por el arquitecto Dušan Jurkovič y que hoy día funcionan como alojamiento o restauración. Toda esta zona es también perfecta para degustar delicias locales como los frgál, las orejas de Štramberk e incluso el famoso licor de ciruelas Slivovice.
Información facilitada por Turismo República Checa: www.visitczechrepublic.com
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ANGEMI
Moderador de Zona
09-08-2009 Mensajes: 31635
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Fecha: Mar Ene 02, 2024 11:15 am
Título: Estaciones de esquí en República Checa
Dónde disfrutar del esquí y de otros placeres en la
República Checa
Repartidas por todo el territorio, las estaciones de esquí de Chequia invitan a disfrutar del paisaje invernal y de los placeres que se encuentran fuera de pista. Pueblecitos con encanto, balnearios, talleres de cristal de Bohemia, factorías cerveceras y una rica gastronomía, tentaciones más que apetecibles cuando el termómetro baja de cero grados.
Aunque la historia y la cultura de la República Checa son grandes incentivos a la hora de viajar a este país centroeuropeo, su abrumadora naturaleza también merece nuestra atención durante la estación más fría del año. Con una geografía marcada por sistemas montañosos, valles, bosques, lagos y geoparques, cada invierno regala imágenes idílicas que tienen el color blanco como protagonista. En sus cuatro puntos cardinales se esparcen pistas de esquí y diversos rincones donde practicar deportes en contacto con la nieve. Pero el lujo no sólo reside en visitar estos espacios poco masificados donde los usuarios son mayoritariamente nacionales, sino en la posibilidad de alojarse en hoteles de ensueño, relajarse en balnearios y recorrer pueblos encantadores donde la vida transcurre de forma sosegada, ajenos a las prisas urbanas. Sin duda, el après ski más exclusivo se encuentra en Chequia.
Montañas de Krkonoše
El recorrido por la República Checa más blanca debe comenzar en la sierra de Krkonoše, donde se sitúan los picos más altos del país –como el Sněžka, con 1.603 metros sobre el nivel del mar– y un buen número de estaciones de esquí. Declarado Parque Nacional y Reserva de la Biosfera por la Unesco, es el espacio más frecuentado en invierno para la práctica del deporte blanco ya que permite disfrutar tanto del esquí alpino como del de fondo. Los descensos prolongados, las vistas panorámicas y unos servicios de lujo son su principal carta de presentación. Entre los centros de esquí más reconocidos están Špindlerův Mlýn (el Aspen de la República Checa), Pec pod Sněžkou, Harrachov y Rokytnice nad Jizerou. Desde estos lugares, además, se accede fácilmente a las pistas de esquí de fondo de Krkonošská magistrála, que ofrece decenas de kilómetros de paisajes espectaculares y el acceso al espectacular Salto de Agua de Mumlava.
Todos estos lugares disponen de una buena oferta hotelera en su entorno y propuestas de aprés ski con un inconfundible sello checo. Después de una agotadora jornada deportiva no hay nada más reconfortante que un baño de cerveza en un spa de Harrachov, un trago de la cerveza local Paroháč, sumergirse en una bañera con esencia de mandarinas en el hotel Wellness Praha o un rato de risas en el parque acuático de Špindlerův Mlýn. Y para descansar en un lugar de récord, el hotel Luční Bouda, que es el alojamiento situado a mayor altitud de Europa Central, a 1.410 metros sobre el nivel del mar.
Montañas de Beskydy
Los amantes de los paisajes infinitos y del deporte más contemplativo encontrarán en el entorno de las montañas de Beskydy su propio edén. Allí podrán elegir, principalmente, entre dos propuestas de esquí de fondo, ambas perfectamente acondicionadas y señalizadas. La primera, Hostýnská magistrála, serpentea por las montañas de Hostýn durante más de 19 kilómetros, dando opción, además, a incorporarse a otras siete alternativas. Una visita fuera de ruta que merece mucho la pena es visitar el pintoresco pueblo de Štramberk para saborear sus especiadas y crujientes orejas. La visita gastronómica puede seguir en Kozlovice para degustar la trucha a la molinera del restaurante Na Mlýně o los saludables productos elaborados con trigo sarraceno de la localidad de Frenštát pod Radhoštěm.
Por su parte, las pistas de esquí de fondo de Beskydská magistrála discurren por algunos de los rincones más bonitos de este espacio protegido además de ofrecer nueve opciones de distintas extensiones y niveles de dificultad. Una de las más románticas es la que lleva en telesilla, aquí se instaló en 1940 el primero del mundo, hasta las colinas de Pustevny donde se han conservado coloridas viviendas de madera construidas por Dušan Jurkovič y Michal Urbánek. Jurkovič eligió como modelo una casa de campo de los Cárpatos combinándola con los detalles de la arquitectura popular de la Valaquia morava y eslovaca. Han sido cuidadosamente reformadas y resultan un atractivo más de la zona. Algunas de ellas funcionan como centro de información, hotel y restaurante por lo que se puede vivir la experiencia de pernoctar en este increíble lugar, además de degustar una sabrosa comida regional.
Si se precisa una dosis un extra de relajación, también es posible gozar del placer de un baño de cerveza en el hotel Bahenec de Písek, cerca de Jablůnkov, o en la localidad de Rožnov pod Radhoštěm, donde también hay establecimientos que realizan envolturas de cerveza y tratamientos de aromaterapia.
Parque Nacional de Šumava
Quienes hayan visitado el Parque Nacional de Šumava en otras estaciones del año les costará reconocer esta nueva imagen en la que el tono ocre de las turberas, el azul de los lagos o el verde de los bosques ha desaparecido bajo el velo de las brumas o una densa capa de nieve.
Aquella energía de la primavera y el estío se ha transformado en una invitación a la calma.
Basta ponerse los esquís de fondo y elegir entre los kilómetros de pistas perfectamente acondicionadas de los alrededores de Zadov, Modrava, Kvilda o Churáňov para gozar en silencio de sus paisajes infinitos. Los que practiquen la modalidad alpina o el snowboarding también encontrarán aquí su particular patio de recreo en las estaciones de Špičák, Železná Ruda, Zadov, Nové Hutě. Además, a orillas de Lipno, el mayor embalse checo, también es posible darse el gusto de deslizarse por la pista de patinaje más larga del mundo.
En Šumava, el esquí se convierte en una experiencia aún más especial al combinarse con excursiones como la visita al nacimiento del río Moldava, o momentos de relajación en el hotel Frymburk, junto a Lipno, que ofrece renovadores masajes con chocolate. El deleite gourmet llega desde los restaurantes de la zona con especialidades como el pato asado con albóndigas del hotel Nové Údolí de Stožec, las empanadas de col agridulce al horno (zelníky) del hotel Srní o la crema de setas (kulajda) del hotel Vydra de Srní. Para los amantes de los postres, las crepes de arándanos (trhance) en el hotel Šumava Inn de Kvilda son imperdibles.
Y, por supuesto, no podemos olvidar la cerveza. La lager semioscura de la cervecería Šumavský pivovar de Vimperk es una auténtica maravilla que completa a la perfección esta experiencia.
Montañas de Jeseníky
Las montañas Jeseníky, al este del país, continúan siendo un imán para los apasionados del esquí en busca de emociones y valles cubiertos de nieve. Para experimentar la adrenalina del esquí alpino, basta con dirigirse al dominio de Ramzová, el centro de esquí más grande de Moravia, que ofrece pistas impecablemente acondicionadas, telesillas modernos y diversas opciones de alojamiento en sus alrededores.
Para quienes viajan en familia, Dolní Morava se presenta como su paraíso soñado. Además de la oportunidad de practicar esquí alpino en las montañas Králický Sněžník, esta región ofrece pistas diseñadas especialmente para niños, así como opciones para trineos y snowtubing. No podemos dejar de recomendar la estación de Kouty nad Desnou, que se distingue por su excelente equipamiento y cuenta con el primer telesilla de seis asientos de la República Checa. Los aficionados al esquí de fondo disfrutarán enormemente de las pistas de Jeseníky, minuciosamente señalizadas, que atraviesan áreas llanas y ascienden hacia las crestas de las montañas, alcanzando las altitudes más elevadas de este sistema montañoso. Este recorrido regala vistas panorámicas extraordinarias.
Y fuera de pista, cuando las temperaturas descienden por debajo de los diez grados bajo cero, lo más reconfortante es aprovechar la variada oferta de los balnearios cercanos. ¿Por qué no relajarse y recuperarse de la actividad física en el encantador balneario Karlova Studánka? O experimentar un tratamiento de hidroterapia en el balneario Priessnitz de Jeseník, que incluso cuenta con un balneoparque exterior concebido como un jardín acuático con baños de acupresión para pies, zonas de relax, etc. Y, por supuesto, sumergirse en la piscina termal del balneario de Velké Losiny, que con sus 450 años de historia es el más antiguo de Moravia. Hospedarse en esta pintoresca localidad balnearia, rodeada de montañas, es la guinda en un viaje dedicado al esquí.
Montañas Jizerské hory
Paisajes ondulados, pistas de esquí de fondo a un paso de encantadores pueblos, fábricas de cristal y antiguas factorías de cerveza: todo esto es lo que ofrecen las Montañas Jizerské hory a los apasionados de los deportes blancos. En conjunto, sus propuestas convencen a los admiradores de los paisajes invernales, ya que aquí encuentran más de 160 kilómetros de sendas de esquí de fondo en la llamada Jizerská magistrála. Con ocho puntos de salida, es posible iniciar la travesía desde lugares cercanos a los principales hoteles y albergues. Para los viajeros más competitivos, incluso existe la posibilidad de medir fuerzas con otros esquiadores en la carrera de esquí de fondo “Los 50 kilómetros de Jizerská”.
Quienes busquen una dosis extra de emoción con el esquí alpino, descubrirán 12 pistas de distintos niveles (9 kilómetros) en la estación de Ještěd. También encontrarán un moderno parque de nieve, ideal para los amantes del snowboard que deseen poner a prueba sus habilidades con diversos obstáculos. Este lugar es perfecto para un viaje en familia, ya que cuenta con una academia para aprender a esquiar y un parque infantil. Dominando este espacio esquiable, la torre de comunicaciones-hotel Ještěd no pasa desapercibida. Esta maravilla arquitectónica, a sólo 3 kilómetros de Liberec, alberga un original hotel y un restaurante con vistas impresionantes. Dado que cuenta con un número limitado de habitaciones, se recomienda reservar con suficiente antelación.
Los planes fuera de pista aquí están marcados por la proximidad al Valle del Cristal y las decenas de pequeñas factorías donde elaboran cristal repartidas por el entorno. Esta tradición artesanal milenaria ha sido reconocida recientemente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Visitar la ciudad de Liberec, recorrer los pintorescos pueblecitos de la región, como Poniklá (donde es Navidad todo el año), observar a los artesanos del vidrio en talleres como los de Jiří Pačinek, Ajeto o Novosad a Syn, y degustar las contundentes sopas locales son suficiente incentivo para disfrutar de la temporada de esquí en el norte de Bohemia.
Y para descansar de tantas propuestas: un spa de cerveza o las relajantes terapias del centro Babylon de Liberec, que incluso cuenta con un parque acuático oriental.
Ya sea en las pistas de esquí o deleitándose con la amplia oferta de après-ski, la República Checa es un destino que también invita a disfrutar en los meses invernales.
Información facilitada por Turismo República Checa: www.visitczechrepublic.com
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