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polviajero Fecha: Domingo, 11 Noviembre, 2012 ⭐ Puntos 4 (2 votos)
Algunos consejos para aquellos que anden pensando en armar un viaje por el sudeste asiático. Información sobre hospedaje, rutas, lugares a visitar, comidas... en fin, un poco de todo lo necesario para conocer "la otra punta del mundo"
Cualquiera que haya estado recorriendo alguno de los países del Sudeste Asiático, sin dudas, que hay experiencias que no olvidará de por vida y son experiencias que hay que recomendar. Particularmente tomé el viaje que realicé por el Sudeste Asiático como la “graduación” luego de años de recorrer el mundo con la mochila. Los países del sudeste son intensos, cargados de historia y de historias en presente, tienen paisajes bellísimos, gente adorable y sobre todo, mucho para ver. Nunca alcanza el tiempo cuando se recorren estas tierras pero sea el tiempo que sea el que dispongan, quisiera recomendarles algunas experiencias que he vivido viajando por allí.
Imperdible 1 – Amar Bangkok (en Tailandia)
No puedo pensar en el Sudeste Asiático sin pensar en Tailandia y no puedo evitar, al pensar en Tailandia, recordar los días en Bangkok. Bangkok es la capital de Tailandia y su ciudad más importante con una población de casi 7 millones de habitantes. Gracias a su creciente desarrollo económico y a su gran relevancia como destino turístico internacional, se ha convertido en una de las ciudades más influyentes y modernas del sudeste asiático. En Bangkok pasa de todo, todo el tiempo. Es una ciudad que no duerme. Amé cada instante que pasé en esta ciudad donde hay tanto para ver.
Bangkok es una de las ciudades asiáticas más occidentalizadas pero a la vez, en la capital tailandesa es posible disfrutar de ambientes tan exóticos como diversos e incluso, a veces, contradictorios entre ellos.Templos como el Wat Arum, en la margen del río Chao Phraya o como el gigantesco Wat Pho, en el centro de la ciudad, son visitas ineludibles que nos transportan a la cultura budista. Las decenas de mercados que invaden día a día la ciudad, cautivan con sus sabores y aromas. Pero definitivamente si hay un lugar por el que no se puede dejar de pasar en una visita a Bangkok es la calle Khao San. Hace ya más de viente años Khao San Road fue la calle utilizada por los comerciantes de arroz (khao significa arroz en tailandés). Alguien abrió allí un hostel en el que se ofrecía alojamiento barato y ahí empezó la historia. Hoy en día, Khao San Road es probablemente el gueto de mochileros más grande del mundo
Imperdible 2 – Disfrutar de la tranquilidad de Luang Prabang (en Laos)
Laos es un país donde reina (además de su Rey) la calma y la tranquilidad. La vida cotidiana en Laos es serena, pacífica y verdaderamente, muy tranquila. En Luang Prabang, específicamente, la tranquilidad aparece en cada esquina. La gran cantidad de monasterios que hay en esta ciudad y la presencia constante de los monjes en las calles, le dan a esta pintoresca ciudad un toque especial. Luang Prabang es considerada la ciudad mejor preservada del Sudeste asiático y se pueden disfrutrar en ella algunas joyitas de la religión budista tales como el Wat Xieng Thong, la más antigua de las 30 pagodas que hay en la ciudad, el Wat Visoun que es el templo budista más antiguo de Laos y el viejo Palacio Real. Recorrer Luang Prabang es como retroceder unas cuantas décadas en el tiempo.
Luang Prabang provoca un efecto onírico. Como un sueño reparador. La humedad, el silencio y las turbias aguas de los ríos te dejan en un estado de vigilia. En estas tieras no se camina. Rozas el suelo y los sonidos parecen llegar amortiguados. No tienes que andar si no quieres y tampoco hace falta quedarte parado si no lo deseas. Tan sólo tienes que seguir el ritmo de las horas caminando sin destino, escuchando el borboteo de los barcos que cruzan el río y los resoplidos de los laosianos que duermen en colchones tirados en el suelo. Todo lo que necesitaba en estos días era un buen libro y una cerveza bien fría.
Imperdible 3- Ver el amanecer en las ruinas de Angkor (en Camboya)
En los últimos diez años, Camboya ha sido incluída como un extra en los circuitos de Vietnam o Tailandia, con visitas limitadas a dos o tres días. Pero la verdad que vale la pena quedarse bastante más. Las ruinas de Angkor, la gran atracción turística del país, son realmente majestuosas. Inmensas. Incomparables. Ver las caras de arenisca del templo de Bayon aparecer entre la espesura de la jungla es una de esas cosas que hay que hacer una vez en la vida. Más de seis siglos de abandono han transformado la piedra en un ente vivo que respira musgo y da vida a árboles gigantes de troncos blancos que nos recuerdan que la naturaleza siempre termina reclamando lo que hacen los hombres.
La ciudad de Angkor Thom fue la última capital del imperio jemer, y la que más tiempo duró como tal. Fue construida por el rey budista Jayavarman VII (1125-1215) y tiene una extensión de 9km2; un foso -el océano- rodea a la ciudad y una muralla -la cordillera- se alza unos tres metros para cerrar el recinto. Resulta casi mágico caminar por estos espacios. Lo mejor es disfrutar el amanecer en el templo principal. La gente se agolpa en unos fozos que están en las inmediaciones de Angkor Thom. Se llega hasta allí cuando es de noche aún. Y lentamente el sol se va asomando. Brilla detrás del templo, que brilla con el sol. Es un momento muy místico. La gente está en silencio, como perpleja. Imborrable día!
Imperdible 4. – Querer vivir por siempre en Phi Phi (en Tailandia)
Ko significa isla en Tailandés. Phi Phi es el nombre por el que se conocen las islas Phi Phi Don y Phi Phi Lee en el mar de Andamán, al sureste de la isla de Phuket en Tailandia. Es lo más cercano al paraíso que he visto en mi vida. Sus playas son mundialmente famosas por su espectacular belleza. Phi Phi Don es la isla más grande, aunque en ella no hay autos y mucho menos rutas. Uno se transporta en barco o en bici por acá. Tonsai es el centro de actividad de la isla. En este pueblecito hay tiendas, restaurantes y alojamiento de tipo medio, así como algunos bares y pubs que ofrecen un poco de vida nocturna. Y luego, en la Bahia de Loh Dalum, encontramos excelentes playas con aguas poco profundas y de color azul turquesa.
Por otro lado, situada al sur de Phi Phi Don, Phi Phi Leh es una isla deshabitada donde la mayoría de turistas llegan en tours organizados. El centro del turismo en esta isla es Mya Bay, una preciosa bahía con varias playas en su interior. Su popularidad se vio acrecentada por ser el lugar donde se rodaron escenas de la película “la playa” de Leonardo di Caprio. Cada instante que se pasa en estas playas tan parecidas a la idea de paraíso que solemos tener, resulta inigualable.
Imperdible 5- Animarse a la cocina de la Cochinchina (en Vietnam)
Viajar por Vietnam resulta también una experiencia única. Es una nación muy distinta al resto del sudeste asiático. Pero hay algo que particularmente me encantó de este país: su tradición culinaria. La cocina Vietnamita es muy variada y amplia, con una notable influencia francesa. Un plato tipico es el llamado estofado asiático (Bun Bo Hoe) o los springrolls, rollos fritos de verdura. Por supuesto, el arroz (Cơm en vietnamita), es la base fundamental de la alimentación vietnamita. Lo suelen hervir al vapor y acompaña a casi todas las comidas.
Hablar de cocina vietnamita y de gastronomía de vietnam, es hablar de puestos de comida callejeros. Tradicionalmente en Vietnam, las casas no tenían ni cuarto de baño, ni cocina. De ahí la costumbre tan arraigada de comer en la calle (el tiempo de Vietnam, también acompaña). Por otro lado, el precio de las propiedades es carísimo, por eso toda casa en Vietnam es a su vez un negocio (frase muy típica de Vietnam). La parte de la casa que da a la calle normalmente se utiliza para realizar alguna clase de actividad comercial (en Vietnam los pequeños comercios / puestos / tiendas no pagan impuestos)
Imperdible 6 – Recorrer la ciudad del futuro (Singapur)
Singapore es un país moderno y avanzado, vanguardia en el Sudeste Asiático. Es casi como viajar al futuro. Allí no existe la contaminación, no hay caos de vehículos en la calle, no se ven pobres, no se ven asaltos, el transporte público es rápido y puntual, y el centro está lleno de rascacielos y deslumbrantes centros comerciales. En su minúsculo territorio abundan las reservas naturales y selvas tropicales, así como tiendas de primeras marcas, restaurantes y hoteles de lujo donde dilapidar la tarjeta de crédito.
El sinnúmero de atracciones de Singapur van desde su pasado colonial y la pluralidad cultural a las artes y espectáculos reconocidos mundialmente. Cada barrio de la ciudad propone su versión del alma de Singapur. Chinatown, Kampong Glam y Little India son testimonios de la riqueza y diversidad cultural y étnica de la ciudad. Cada uno conserva sus edificios religiosos y sus tiendas que proponen objetos artesanales y cocina tradicional.El Museo de Historia y el Museo de las Civilizaciones Asiáticas abrigan colecciones de gran calidad de arte asiático; los amantes del arte no pueden perdérselas. Una caminata por la Riviera Singapur es un encuentro con la vida de la ciudad. Durante el día el comercio anima el barrio; en la noche los peatones pasean por los pintorescos Clark Quay y Boat Quay, bordeados de coloridos restaurantes y algunos bares. Un paseo por el río es también una experiencia inolvidable.
Imperdible 7 – Dar vueltita por las torres Petronas de Kuala Lumpur (en Malasia)
Las torres petronas son una de las construcciones más altas del mundo, con una altura que superan los 500 metros. Ambas están conectadas por un puente aéreo. Poseen 88 pisos que vistos desde su base parecieran llegar a los umbrales del cielo. Son visibles desde casi cualquier punto de la ciudad y son el motivo de visita de miles de turistas diariamente que la incluyen en sus rutas la oportunidad de internarse en esta mole de acero y concreto y revestida de cristal y de llegar, si no es a lo más alto, por lo menos de cruzar el majestuoso puente que conecta a estas dos maravillas de la arquitectura de vanguardia. Inauguradas en 1999, las Torres Petronas pasaron rápidamente a ser la sensación de la arquitectura urbana de Kuala Lumpur.
Particularmente me tocó madrugar para llegar a entrar a las Torres Petronas pero no pude finalmente hacerlo. Había por lo menos 500 personas delante nuestro, y aún faltaba una hora para que abran. El acceso al SkyBridge es gratuito y se reparten 1.360 entradas cada día, que suben distribuidos en grupos de 40 personas cada 15 minutos entre 09:00 y 17:15, eligiendo cada uno cuando subir en función de los lugares libres. Previo a la ascensión hay un vídeo de 8 minutos sobre la compañía Petronas y sus torres. El ascensor sube hasta la planta 41, donde se encuentra el puente de observación, a una velocidad de 5mts (un piso) por segundo. La vista desde el puente de estas torres de acero es maravillosa.
Imperdible 8 – Cantar en el karaoke de los barcos de Halong Bay (Vietnam)
Ir a la Bahía de Halong me generaba mucha expectativa aunque no sabía que gran parte de lo que esperaba no se iba a dar dado que esta no era la época del año para visitar la bahía. La Bahía de Halong es un lugar tan idílico, tan asombroso, que cuesta creer que exista de verdad. Navegando entre sus más de 3.000 islas (casi) vírgenes, repartidas en una extensión de 1.500 kilómetros cuadrados, y cuando la pregunta de cómo es posible que un lugar así se haya formado de manera natural viene a la mente una y otra vez, resulta incluso sencillo creer la leyenda que sobre ella se cuenta, según la cual la bahía de Halong (literalmente “Dragón descendente”) fue creada por la furia de un dragón invocado por el Emperador de Jade para defender su reino de la invasión china. Según el mito, el dragón, respondiendo a la llamada del emperador, escupió joyas y piedras preciosas sobre el agua que se convirtieron en las islas de la bahía, formando una gran muralla para detener al invasor.
En el barco, mientras recorríamos la bahía cené con una pareja de profesores franceses ya jubilados que tenían mucha experiencia en viajar por Asia así que me pasaron mucha información. Luego de comer me quedé un rato escribiendo hasta que se armó el karaoke… una tradición típica de Vietnam, les encanta el Karaoke pero no son las típicas bases de las canciones para cantar sobre la pista sino que están reversionadas con un pianito muy simpático. Bizarro, es poco… encima me dice que tiene música argentina y pone la versión en pianito chino de la canción de Valeria Linch, de la novela “La extraña dama”…. muy fuerte!
Imperdible 9 – Navegar por el Mekong (Camboya)
El río Mekong es inmenso. Es inmensamente largo e inmensamente ancho (si uno está en un lado, la otra orilla se pierde en la lejanía). El Mekong, el Cuu Long y los Nueve Dragones (porque se divide en nueve ramificaciones en su desembocadura) nacen cómo uno en Tíbet, atraviesan Myanmar, Tailandia, Laos, Camboya y acaban en Vietnam en forma de un delta, una llanura creada por sedimentos de alrededor de 75.000 kilómetros cuadrados, que sigue aumentando año a año. Alrededor de este delta se desarrolla la vida de estas naciones.
El Mekong además uno de los principales motores de la economía de la zona. Se inunda tres veces al año, generando por lo tanto tres cosechas. Esto hace que de los terrenos que riega unos de los más prósperos del mundo, alimentando a 100 millones de personas (No sólo en Vietnam, sino a lo largo de su cuenca). Casi todo es agua. Y cómo tal es un mundo habituado al líquido elemento. Pueblos flotantes, granjas acuáticas, barcas en lugar de motos, coches o camiones, barcos, ferries, más barcos, más ferries, agua para los habitantes de la zona que no dudan en bañarse, lavar la ropa, lavar los platos, las casas y en medio de todo esto usarla cómo agua potable, algo imposible para uno de delicado estómago europeo como yo. Ahora bien, muchos de los viajeros visitan la zona no sólo por navegar por sus míticas aguas, si no a la llamada de los mercados flotantes, pulmones económicos de la región. Allí llegan a primera (primerísima) hora de la mañana (madrugada) los mercaderes de toda la región para vender y comprar. Uno que vende sandías, otro arroz, otro frutas, otro más verduras, ¡de todo!
Imperdible 10 – Recorrer cada estupa y templo de Ventianne (Laos)
Ventianne es la capital de Laos desde hace más de cuatrocientos años. Está exenta de las congestiones de otras ciudades asiáticas , a decir verdad , le sobra espacio . Sus habitantes anda con parsimonia, tranquilos. Al atardecer quien visita este lugar se sentirá atrapado por el encanto de las terrazas suspendidas sobre el río , mientras conversa con los laosianos . Más allá de las calles , la ciudad se esparce entre los campos por una ancha avenida. Ventianne está repleta de wats. El Wat, es un monasterio o templo en actividad que alojó a los monjes en otros tiempos .
El wat es el foco espiritual en torno al cual gira la vida en cada pueblo o barrio urbano. Es , a la vez , lugar de culto , escuela y punto de encuentro de la comunidad . En Vientiane hay numerosos wat que se caracterizan por estar compuestos de una sola nave , siendo altos y de amplios ventanales . Estuve recorriendo algunos templos, el WAT CHANTHABULI, el WAT HAI SOI y el WAT ONG THU MAHAWITHAN… nombres muy difíciles pare recordar realmente. El WAT SI SAKET eregido en 1818, por el rey Anouung (Chao Anou), es el templo más antiguo de Ventianne y cuenta con algunos detalles que lo hacen únicos. Los muros interiores del claustro están repletos de pequeños nichos que contienen más de 2000 imágenes de buda de oro y plata. Debajo de los nichos hay repisas con 300 estatuas de buda en todas las poses. En el templo principal, los muros completamente pintados con escenas de la vida de buda son realmente bellos.
Ya sea porque hemos podido perdernos en las calles de Bangkok, o bien hemos disfrutado de la tranquilidad de Luang Prabang (en Laos), o hemos visto el amanecer en las ruinas de Angkor (en Camboya), el Sudeste Asiático tiene algo que atrae. Todos los que estuvimos allí quisimos vivir por siempre en Phi Phi (en Tailandia). Cuando nos animamos a recorrer la ciudad del futuro en Singapur o a probar la tradicional comida vietnamita o a subir a las Torres Petronas, hay algo que nos atrapa. Experiencias como cantar en el karaoke de los barcos de Halong Bay (Vietnam) o bien navegar por el Río Mekong difícilmente sean olvidables. Y obviamente, recorrer cada estupa y templo de Ventianne nos conecta con la profunda religiosidad de la zona. En fin, al Sudeste Asiático fui. Y quiero volver.
Pablo
polviajero.com
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Fecha: 11/Nov/2012 01:03:21
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