Autor:
marcello Fecha: Jueves, 01 Enero, 2004 ⭐ Puntos 4.8 (21 votos)
Dejarse llevar por las Vías
El calor de la tarde iba desapareciendo y una brisa otoñal se hacia sentir en la cara, las manos encerraban un boleto que me llevaría hacia otro punto. Mas allá la estación con los andenes repletos de gente y el sonido de los cartelones que indican las salidas y llegadas distraían mi atención para saber cual seria mi tren. Anden 19 marcaba mi salida y hacia allí me dirigí, el tren en pocos minutos partiría al destino señalado.
Si uno busca ciertas anécdotas, emociones y aventuras nuevas, debe dejarse atrapar por la peripecias de recorrer los caminos que te llevaran a tu destino en tren. El ruido de las vías pisadas por los largos vagones generan una atmósfera ideal para desarrollar nuestro viaje.
Subo al Intercity que si bien no es de los mas cómodo, es apto para deleitar y condimentar el viaje. Intrigas se apoderan del viajero en ese instante, encontrare un compartimiento? Quien se sentara a mi lado, quien al frente??, y es allí el momento donde dos o mas culturas quedan encerradas en un sitio de 2 x 2 , y uno o tal vez el otro el comienza el dialogo.
Recuerdo una tarde casi noche que debía salir de Venecia para llegar a Roma alcance la estación diez minutos antes. pero resultaría en vano, el tren venia de Padova y por supuesto hasta el techo de gente, por lo tanto a viajar en el pasillo hasta la proxima parada, Florencia.
En Florencia se bajo la mitad de la gente así que aproveche y entre a un compartimiento.... tenia el asiento mío y el del frente para mi solo, a mi lado había una persona de contextura enorme, era un tipo que estaba durmiendo en los dos asientos tapado hasta la cabeza así que no podía ver quien era. Bueno, estire mis pies y los puse sobre el asiento de enfrente, en ese instante, el tipo se enderezo y me dio un buen reto, ¡ Como iba a poner los zapatos arriba del asiento , así te enseñaron a cuidar las cosas... etc... etc...! así que decidí sacarme los zapatos y quedarme estirado como estaba, me regaño en un idioma raro, yo entendí que los zapatos debían ir en el piso y así lo hice, cuando a eso de las 7.30 salió el sol no se podía dormir mas, entonces el tipo éste, medio morochon, me pregunto en italiano si el tren llegaba a Roma, le respondí que si que llegaba a Roma, y el tipo me mira y me dice, pero de donde eres, y le digo que argentino.... se quedo observándome, y me dice, yo soy de Pakistan, al cabo de media hora éramos amigos, bueno cuando llegamos a Roma este me invito a desayunar, pero eso es otra historia.
Volviendo a lo nuestro, recorrer las vías nos encontrara con caminos diversos, quizás allí encontremos algún compañero de viaje, es el lugar propicio para entablar amistades que duraran lo que dura el viaje o tal vez toda una vida.
En otra oportunidad antes de que el sol se asomara desde el horizonte en la Gran Vía madrileña dejamos el viejo Hostal y nos dirigimos con nuestras pesadas mochilas hacia el metro que nos llevaría a la estación ferroviaria. Salimos con dirección Barcelona en un tren digamos que bueno, nuestro Eurail Pass comenzaba a funcionar.....en principio el viaje se hacia esperar pero partimos al fin.
Después de acomodarnos y observar por la ventanilla los distintos caseríos y pueblos vecinos a Madrid, a eso de las 10:00 de la mañana el tren se detiene......mmmmm ... que habrá pasado??? Por los costados solo se vislumbraba campo y mas campo, nada que hiciera parecer a una estación........ mmmmm el descontento se apodero del vagón y la gente alborotada pedía una explicación, como siempre hay alguien que sabe mas que otro salió la explicación tan solicitada, acababa de comenzar un paro de maquinistas...... siiiii un paro del primer mundo, mama mía, porque ahora.... y bueno quedamos estancados en el medio del campo, para colmo se acabo hasta el café en tren.....
Al cabo de una hora, y después de haber visto una película, el tren se comenzó a mover lentamente..... siiiii..... había finalizado el paro...
Tantos recuerdos quedan en la mente que es difícil de emitirlos con naturalidad y realismo, tantos consejos como el de fijarse bien a dónde se dirige el tren, además hay trenes cuyos vagones, llegado un punto, se separan y van a diferentes destinos.
También debes tener cuidado si tu tren pasa por un país que requiera visa o algún tipo de documento especial, ya que el paso por las fronteras es de lo mas característico.
Recuerdo que corría el año 2000 y después de pisar suelo romano decidimos que deberíamos ir hacia norte y enfilamos en dirección a Paris, desde la Estación Termini ante la opción de esperar varias horas un tren directo a la ciudad luz combinamos con otro que partía desde Milán, el tramo hacia la capital de la Lombardia fue rápido, pero teníamos que tomar el tren correcto para lograr el objetivo, así que entre sándwich y carteles indicadores de partidas y arribos caminábamos la gran estación de Milán, desde allí tomamos el ultimo tren a Paris, ya de noche y nuevamente nuestro hotel rodante nos hacia gala de su comodidad y servicio.
Recuerdo esa noche en el compartimiento, seis personas desparramadas en los asientos , la verdad que nuestro hotel no llegaba ni siquiera a una estrellita de esas que se usan para la noche buena
Al cabo de unas cuantas horas el tren disminuía su marcha mientras nosotros dormíamos a mas no poder, de repente, frena, y sin aviso previo irrumpen en nuestra puerta con unos golpes y abriendo la misma, dos soldados armados hasta los dientes, nosotros al despertarnos de esa forma tan rudimentaria ni siquiera se nos paso por la cabeza nada, podía haber sido que en ves de ir rumbo a Paris estábamos llegando a territorio Iraní, pero no, uno de ellos gritaba “Pasport”..... y en el tercer pedido y con el susto encima comenzamos a removernos y a buscar en la mochila el famoso documento, a todo esto los soldados siguieron su marcha por otros compartimientos, observamos por la ventanilla y vimos a un montón de ellos, y claro estaban en un operativo para deportar ilegales, allí nos dimos cuenta que estábamos ingresando a territorio Francés.
Estábamos muy dormidos y a su ves sorprendidos , seguíamos con el pasaporte en la mano, los soldados nunca volvieron y el tren comenzó la marcha nuevamente , mientras nosotros, dale con los pasaportes en la mano, la verdad que el momento no fue muy bueno.
En si, la red ferroviaria en Europa es un entramado de vías que recorren montañas, valles, pequeños poblados y grandes urbes, es una forma de vida, es un mapa para comprender distintas culturas, recorrer camino en el abrirá la comprensión de ciertas actitudes y liberara la visión acortada por la rutina diaria.
Estas anécdotas son algunas de un puñado de ellas que quedaron plasmadas en la mente, que se reviven en ocasiones y se añoran a menudo.
Texto
Lic. Fabio Marcelo Magoia
Fecha: 01/Ene/2004 01:00:00
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Puntos: 4.8 (21 votos)
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