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spainsun Fecha: Jueves, 21 Mayo, 2015 ⭐ Puntos 5 (3 votos)
Os invito a dar un paseo por uno de los paisajes más espectaculares de la Serranía de Cuenca: La Tierra Muerta, Las Torcas de Los Palancares y Las Lagunas de Cañada del Hoyo. Pasearemos entre cráteres lunares, pinos y lagunas, por un territorio deshabitado llamado la Tierra Muerta cuyo nombre no parece invitar a explorarlo y sin embargo colmará nuestras expectativas.
Desde la ciudad de Cuenca, nos dirigiremos a las Torcas de los Palancares, siguiendo las huellas de los dinosaurios, visitaremos alguno de los ejemplares de pino, más famoso de la Sierra, para bajar luego a las lagunas de la localidad de Cañada del Hoyo, también fruto del fenómeno kárstico.
Toda nuestra ruta discurre por pista asfaltada. Siempre el gris de la caliza se extiende a nuestros pies, frente a nosotros el negro del bosque espeso y sobre nuestra cabeza el verde de las copas de los pinos.
La Tierra Muerta y las Torcas de los Palancares
La Tierra Muerta es un topónimo que no parece invitar al visitante. Pero no hagamos caso del nombre, que es solo apariencia y adentrémonos en este bello paraje de la Serranía, declarado Monumento Natural y poblado no por almas en pena, sino por bellos ejemplares de pino negro, un árbol tan duro y resistente como la piedra sobre la que se asienta.
El nombre de Tierra Muerta proviene de que es una zona de piedra caliza, sin tierra arable y el poco agua que cae en estos lugares, se filtra rápidamente hacia el interior del terreno, con lo que es una zona de difícil asentamiento humano.
Las torcas son cráteres de paredes de mucha pendiente o incluso verticales, provocados por el derrumbamiento de enormes cúpulas de cuevas excavadas por el agua en la caliza, fenómenos similares a las dolinas de los Balcanes o a los cenotes del Yucatán.
Viniendo de Cuenca cogemos la Nacional 420 y a frente al pueblo de Mohorte, sale un desvío con una señal rotulada como Las Torcas de los Palancares. Pasamos junto a la fuente y el campamento de la Hispanidad, uno de los pocos puntos donde el agua aflora en esta comarca, que no es que no haya agua, sino que discurre subterránea.
Siguiendo la señalización, llegamos al
parking de las Torcas: una amplia explanada de tierra, un cartel con un mapa y una abandonada caseta, supuesto lugar de información al turismo (ésta sí que parece “muerta” o al menos no “habitada” desde hace bastante). Este lugar es punto de partida de varias rutas señalizadas y además un buen lugar para una merendola a la sombra. Está situado junto a la
Torca del Agua, que se supone que una vez la debió tener, pero hoy está seca, pero es el hogar de frondosos pinos.
Nosotros haremos una ruta corta, de más o menos una hora… pero como vamos con niños, hora y media. Tras dejar a un lado la de nombre simplemente “El Torcazo”, llegamos a una de las más espectaculares, no tanto por su tamaño, como por sus paredes que la hacen casi inaccesible: la Torca del Lobo.
Plano de las Torcas del Los Palancares
La Leyenda de Zacarias y el Lobo
Sobre esta torca hay una leyenda origen de su nombre: un cazador llamado Zacarías, perseguía a un lobo al que había conseguido herir, cuando cayó en esta torca. Herido, sin poder escapar del cráter, con la noche bien entrada y bajo una nevada, Zacarías comenzó a ver su destino. La muerte por congelación.
Desde una cueva en la propia torca, el lobo herido observaba a Zacarías, quizás pensando en que era el destino que el cazador merecía. Sin embargo, el lobo se apiadó de Zacarías salió de la cueva y le indicó al cazador donde podía refugiarse esa noche.
Zacarías se arrepintió de su vida de cazador y no volvió a cazar…. Y a partir de entonces fue amigo de todos los animales y sobre todo de aquel lobo.
Torca del Lobo - Torcas del Los Palancares
De aquí cogeremos el sendero de la derecha, que lleva a la
Torca de la Escalera, para acabar de nuevo en la
Torca del Agua, pero esta vez por su cara norte. Como la torca está rodeada por paredes verticales, la bordeamos hasta llegar de nuevo al punto donde coincide dicha torca y el Torcal.
Y ya por el sendero principal, tras cruzarnos con un rebaño de ovejas, volvemos al parking, tendemos una manta y tomamos unos bocatas. Es un lugar agradable y tranquilo para comer.
Torca de la Novia - Torcas de los Palancares
Retomamos el coche y bajamos hasta la
Torca de la Novia, la más pequeña de todas, pero profunda y de paredes también verticales. Este es además el punto 12 de la ruta de los Dinosaurios de Cuenca.
De aquí sale un camino que baja a uno de los arboles más singulares y fotografiados de la serranía conquense:
el Candelabro, un gigantesco ejemplar de pino negro, cuyas ramas retorcidas evocan los brazos de un candelabro.
Desandamos el camino y continuamos dirección a Cañada del Hoyo, no sin antes pasarnos a saludar, aunque sea solo por cortesía, a otro enorme ejemplar de la misma especie, el conocido como
el Abuelo.
Pino el Abuelo visto desde la base de su tronco - Torcas de los Palancares
Lagunas de Cañada del Hoyo
Salimos de Tierras de Palancares y comenzamos la bajada hacia Cañada del Hoyo, sin embargo a 2 km del pueblo, en el cruce con la carretera cogemos el desvío a la izquierda y unos kilómetros más adelante nos encontramos el parking de las lagunas de la Cañada del Hoyo.
Este complejo formado por 7 lagunas, son expresión del mismo fenómeno que las torcas, pero en este caso llenas de agua, por encontrase en una zona más baja, al borde de la sierra. 3 de ellas son públicas y 4 son privadas (emplazadas en la fina de las Siete Leguas) pero la visita tiene un precio de la entrada asequible.
Laguna Gitana - Lagunas de Cañada del Hoyo
En nuestro caso solo visitamos las tres públicas, pues los niños ya estaban un poco cansados, pero en ellas vimos peces, ranas, una culebra y numerosos pájaros e insectos.
Cada una de las lagunas tiene un color diferente, debido a las diferentes sales presentes en el agua, los microrganismos y la profundidad. El paseo es agradable y está bien señalizado.
Lagunas de Cañada del Hoyo - vistas desde el Aire con Google Earth
Bajamos a Cañada del Hoyo y tras refrescarnos en la fuente de la plaza, subimos al Castillo del Buen Suceso, que domina la villa y su valle. Aunque en nuestro mapa pone que está en ruinas, la situación actual es de perfecta restauración. Hoy es una casa privada.
Un cartel nos indica que no somos bien recibidos (“Perros sueltos”), así que nos conformamos con disfrutar de las vistas sobre la villa, el valle y el olor del tomillo en flor.
Plaza de Cañada del Hoyo con el Castillo del Buen Suceso al fondo
Salimos del pueblo en dirección a Cuenca, no sin antes parar en una tienda de
embutidos de caza que hay a la salida del pueblo, donde nos aprovisionaremos de chorizos de jabalí y ciervo, así como de las morcillas típicas de la zona.
A la izquierda sale un camino señalizado con un cartel que pone
Fábrica de Mimbre, uno de los productos típicos de la Serranía, pero a estas horas ya vamos más bien cansados… así que continuamos hacia la carretera nacional.
Ya camino de la capital pasamos por el pueblo de Fuentes con algunos edificios tradicionales y varios bares y alojamientos, alguno que nos recuerda que esta es zona de cazadores.
Continuamos dirección a la capital, a la izquierda nos queda la faraónica
estación del AVE y a la derecha Cuenca enrocada entre la montaña, el valle y la hoz del Júcar.
Damos tres vueltas a una rotonda mientras decidimos si tomamos un último helado en la ciudad o cogemos dirección a Madrid. Los niños desequilibran la balanza: habrá helado.
Para explorar la zona con Google Earth:
Lagunas de Cañada del Hoyo (Cuenca)
Torcas de los Palancares
Fecha: 21/May/2015 23:48:50
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